“La libertad y la gracia de Dios están sobre nosotros”

12 May 2017
Arisbé Gómez, representante del Sínodo Luterano Salvadoreño en la 12ª Asamblea de la Federación Luterana Mundial (FLM).
Arisbé Gómez, representante del Sínodo Luterano Salvadoreño en la 12ª Asamblea de la Federación Luterana Mundial (FLM). Photo: LWF/Brenda Platero
Arisbé Gómez habla de la libertad que comienza con la comunión

Dios hace al hombre y a la mujer libres y no esclavos, cuando la iglesia luterana tiene la convicción de que es así, inicia la verdadera libertad para sus miembros, dice Arisbé Gómez, representante del Sínodo Luterano Salvadoreño en la 12ª Asamblea de la Federación Luterana Mundial (FLM).

“Si creemos, si tenemos comunión, ahí comienza nuestra libertad y la gracia de Dios está sobre nosotros”; dice, y enfatiza que la FLM apoya y equipa a quienes la conforman, para que puedan identificarse como luteranos y luteranas, unirse y ser una verdadera comunión de iglesias.

La 12ª Asamblea se celebra en Windhoeck, Namibia, en esta se reúnen delegadas y delegados, (quienes son ) designados por sus iglesias miembro “para reafirmar su comunión y aconsejarse mutuamente. La Asamblea es la autoridad principal y el máximo órgano de decisión de la FLM”, según indica la Federación.

Arisbé nació y creció en una familia luterana, sus padres, el obispo Medardo Gómez, y la pastora Avelina de Gómez, la formaron bajo los principios cristianos luteranos por lo que comprometerse y trabajar por su iglesia cuando era una niña, le pareció lo más normal del mundo.

El llamado de Jesús, a través de su palabra, siempre es parte de su vida. Es así que participar en la Asamblea de la FLM, representa un momento crucial en su vida pues es un paso más en su camino de fe que la reta a ser mejor cada día.

“Ser luterana es un desafío”

Desde niña, Arisbé sintió el llamado a servir a las y los demás dentro de su iglesia, pero también en su vida diaria, porque el ejemplo de sus padres siempre la inspiró a dar lo mejor de sí. Su padre, el obispo Gómez es un hombre de fe, que por su coherencia en el servicio, incluso llegó a ser perseguido por facciones reaccionarias durante los años de la Guerra Civil en El Salvador.

Su madre, la pastora Avelina, ha estado siempre comprometida con la Pastoral de la Mujer, camino que no fue sencillo, pero que le da ejemplo y hace que cada día admire y se sienta orgullosa de sus progenitores. “Mi papá es mi orgullo, mi ejemplo y motivación, su compromiso me hace seguir adelante; en realidad, es el ejemplo de los dos porque mi mamá siempre ha trabajado por las mujeres”, asegura.

Para ella, el ser luterana es un compromiso que la desafía a diario. Aún recuerda cuando siendo una adolescente muchas veces era discriminada por su profesión religiosa. Su vivencia ha sido importante para ver bajo otra óptica la realidad de otras mujeres.

En su participación en la Pre Asamblea de Mujeres, que tuvo lugar entre el 6 y 8 de mayo, en Namibia, vivió una experiencia enriquecedora que le permitió comprender que pese a la diferencia de contextos entre las participantes, todas comparten la dificultad que una sociedad patriarcal representa para las mujeres, sin distingo de religión, raza o cultura.

“Para mi ser luterana es un desafío, no ha sido fácil, pero me anima y ayuda a entender que es importante que abramos espacios para la mujer y con la Pre Asamblea y la 12ª Asamblea de la Federación, me doy cuenta que este es un momento crucial para dar un paso más”; indica.

 

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