La iglesia Evangélica Luterana en Venezuela (IELV) es representada en la Duodécima Asamblea de la Federación Luterana Mundial (FLM) por su Pastor Presidente Gerardo Hands, un líder entusiasta y con deseos de seguir el camino de Jesuscristo a través del servicio a las demás personas.
La Iglesia Evangélica Luterana en Venezuela cuenta con alrededor de tres mil miembros bajo la guía del pastor Hands, quien se siente identificado con el lema de la Asamblea: “Libres por la gracia de Dios”. “Somos libres por el amor y porque la gracia no está en venta, la salvación no está en venta, el ser humano no está en venta. En la medida que nos apoyamos para vivir esa experiencia en conjunto, estamos creciendo y enriqueciéndonos unos con otros”, expresa.
Su participación en las conferencias y distintas reflexiones durante la asamblea le permiten reafirmar su compromiso de servicio, que inició en 1974 (siendo pastor por 24 años) pero también le ayuda a revalidar su solidaridad con sus hermanas y hermanos quienes son imagen de Dios Creador que nos regala su amor.
“La nomenclatura tradicional religiosa no nos permite ver y ser personas más inclusivas, participativas, más solidarias, que es una de las expresiones que hemos estado trabajando en la Asamblea, la salvación se expresa en amor, en solidaridad, en el gesto de servir al otro, a la otra, en dar amor y en actos concretos, actos de diaconía” comparte.
El Pastor Hands asegura que cuando la comunión luterana está junta y comparte sus dones se fortalece. “Es una alegría estar aquí porque es un encuentro sabiendo que estamos en diferentes contextos, pero caminando juntos y ahí compartimos experiencias, alegrías, pero también nuestros desafíos y cargas y nos acompañamos viviendo la gracia de Dios”.
El amor y la gracia permiten al hombre y a la mujer ser libres de sistemas que les oprimen, les esclavizan, considera el Pastor: “nos dan la oportunidad de denunciar las injusticias porque estamos libres, no estamos sujetos a la esclavitud de las ideologías, estamos libres para anunciar el amor de Dios que es incondicional y, consolar y acompañar a aquellas personas que están en situaciones de injusticia y vulnerabilidad”.
FLM/Zoraya Urbina