“Repensar la economía para salvar un planeta moribundo”

15 May 2017
Martin Kopp hablando en el plenario temático "La creación no se vende" en la Duodécima Asamblea de la Federación Luterana Mundial. Foto: FLM/Albin Hillert
Martin Kopp hablando en el plenario temático "La creación no se vende" en la Duodécima Asamblea de la Federación Luterana Mundial. Foto: FLM/Albin Hillert
El defensor de la justicia climática Kopp habla a la Asamblea de la FLM sobre “La creación no se vende”

WINDHOEK, Namibia, 15 de mayo de 2017 – “Renovar el marco de nuestro pensamiento, repensar nuestra economía y reformular nuestro objetivo común,” son los desafíos del siglo XXI, dijo el defensor de la justicia climática Martin Kopp en una conferencia principal sobre el subtema “La creación no se vende.” Kopp brindó la presentación central sobre el tercer subtema de la Duodécima Asamblea de la Federación Luterana Mundial en Windhoek, Namibia, el 15 de mayo.

“Nuestras sociedades y la vida en la tierra corren el riesgo de colapsar,” advirtió Kopp a los/as participantes de la asamblea. No puede haber “bienestar humano en un planeta muerto,” dijo. Subrayó que la economía es el factor crítico en el mundo de hoy y por lo tanto el desafío clave para responder a la crisis ecológica.  

“Una situación de sobregiro global”

Kopp, que es miembro de la Unión de Iglesias Protestantes de Alsacia y Lorena, es actualmente estudiante de postgrado de teología en la Universidad de Estrasburgo y sirvió en el pasado como Climate Justice Advocacy Officer de la FLM.

Koop dijo que el subtema La creación no se vende identifica a la economía como “el principal motor del mundo de hoy. Por esto, la economía es lo primero que tenemos que desafiar.”

En su presentación, Kopp aludió a estudios científicos que muestran que desde 1970 el impacto de la actividad humana en los recursos de la tierra o la llamada huella ecológica ha sobrepasado la capacidad del planeta para sostener la vida.  

“Estamos consumiendo los recursos del equivalente de 1,6 planetas por año. En una palabra, estamos en una situación insostenible de sobregiro global,” advirtió. En lugar de pensar el crecimiento económico en función del beneficio y la felicidad de la humanidad, los economistas ortodoxos dan por sentado que el crecimiento es necesario. “Buscan el crecimiento como un fin en sí mismo,” dijo Kopp. No obstante, los modelos usados para esta clase de economía ignoran el costo que tiene para el medio ambiente.

Constante labor de sensibilización de la FLM

Para explicar el estado crítico del actual sistema ecológico, Kopp señaló que cuatro de los nueve indicadores utilizados para medir el bienestar del planeta ya han sido superados.  

En las áreas de uso de la tierra y cambio climático, dijo, el planeta está en una situación de mayor riesgo. La pérdida de biodiversidad y el estado de los ciclos de fósforo y nitrógeno ya están en una zona de alto riesgo. La pérdida de la biodiversidad y el cambio climático, dijo, “son fronteras especiales, porque el cruce de las mismas podría significar, en cualquiera de los casos, que el sistema de la Tierra entre en un nuevo estado.”  

Kopp elogió a la FLM por su permanente labor de sensibilización en favor del cuidado de la creación, compromiso que la comunión asumió por primera vez en 1977, en su sexta Asamblea reunida en Dar Es Salaam, Tanzania. “Creo que hemos llegado al punto en que nuestra ética del cuidado de la creación está teológicamente madura,” dijo, agregando que la pregunta hoy es cómo avanzar en la acción: “¿cómo podemos iniciar, profundizar y fortalecer las acciones con las que respondemos al desafío ecológico?”

“Comunión con el Dios de la vida”

Kopp habló de la necesidad de “una nueva visión para un nuevo objetivo,” y sugirió a la comunión luterana que considere tomar acciones en tres áreas. La primera es la espiritual, y requiere una nueva manera de pensar. “La conversión debería ocurrir en nuestros corazones. Mientras que la economía obsoleta valora la codicia, lo que Pablo llama idolatría, nosotros/as valoramos la satisfacción y la simplicidad,” dijo. “No podemos servir a Dios y a las riquezas (Mt 6:24).”

La segunda área es la del estilo de vida, y se nos convoca a un cambio concreto. “Todos y todas debemos hacer más,” dijo Kopp. El cambio debería abarcar “a todas y cada una de las áreas de la vida,” incluyendo la vivienda, el transporte, la alimentación, el esparcimiento y el vestido, entre otras.   

La tercera es la de la política. Los cristianos y las cristianas somos llamados/as a votar, defender y en lo posible abordar la cuestión del cambio climático a nivel político. “Es la oportunidad de lograr que nuestras sociedades prosperen satisfaciendo las necesidades de todos y todas con los medios que ofrece el planeta. En fin, es nuestra oportunidad para que, libres por la gracia de Dios, estemos en comunión con el Dios de la vida,” concluyó.

Hubo dos reacciones después de la presentación de Kopp: la de la Revda. Monica Villarreal, de la Iglesia Evangélica Luterana en América, y la del Obispo Jack Urame, de la Iglesia Evangélica Luterana de Papúa Nueva Guinea.

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