La nicaragüense Geraldina Álvarez se convirtió al luteranismo hace siete años, y desde entonces no ha cesado de comprometerse con la iglesia en Costa Rica por lo que participar en la 12ª Asamblea es una oportunidad para validar su fe y llenarse de nueva energía para seguir su pastorado.
“Venir a la Asamblea es refrescante para la vida pastoral y participar renueva las energías”, expresa sobre el evento que congrega a delegados y delegadas de 98 países, de siete regiones del mundo, y que este año se realiza en Windhoek, Namibia. “Al ver la diversidad, al oír que la comunión de iglesias comparte las mismas luchas en el día a día, eso te llena de energía”, agrega.
Geraldina decidió formar parte de la Iglesia Luterana Costarricense (ILCO) porque al llegar a esa nación, junto a su madre, desde su natal Nicaragua, buscó un lugar donde fuera aceptada y acogida como migrante.
Es así como participa en el programa de Migración que la iglesia tiene en esa nación, primero como asistente y luego, coordinándolo; decide estudiar Teología, y al concluir, hace tres años de práctica pastoral en la zona del Caribe, hasta que es ordenada en 2013 como la primera mujer pastora luterana en San José, capital de Costa Rica, hecho que coincidió con la celebración de los 25 años de la ILCO.
Educación para formar más pastoras
En Namibia, además de representar a su iglesia en la 12ª Asamblea, también participó en la Pre Asamblea de Mujeres, entre el 6 y el 8 de mayo, experiencia que la hace reflexionar sobre la necesidad de formar más mujeres para que asuman liderazgos en la iglesia.
En ese espacio, compartió con representantes de otras regiones y, comprobó que todas tienen el mismo reto: superar los patrones machistas y patriarcales que obstaculizan la participación de la mujer, y en muchas ocasiones la detienen.
En Costa Rica, por ejemplo, hay muchas mujeres que quieren ejercer su vocación religiosa pero no tienen los medios económicos para estudiar y hacer frente a sus responsabilidades. “Yo creo que debe haber más becas para que ellas estudien porque se da la situación que en las iglesias hay más mujeres, pero en los cargos de liderazgo son minoría, eso es una discriminación”, recalca.
En este sentido, cree que tanto la Pre Asamblea de Mujeres, como la 12ª Asamblea son oportunidades para insistir en la necesidad de que se les escuche y hagan cambios para que las vocaciones se desarrollen y haya más oportunidades para las mujeres y para las y los jóvenes dentro de la iglesia Luterana.
Para Geraldina, el ser parte de la Asamblea la compromete a buscar más espacios para las luteranas porque son la fuerza que mueve a las iglesias. Pero, también la Asamblea representa la oportunidad de llevar a Costa Rica un mensaje de esperanza: “Es para llevar un mensaje de buenas nuevas a Centroamérica, a las mujeres, a los jóvenes, a los migrantes”, manifiesta.
FLM/Zoraya Urbina