Un grupo de treinta voluntarios de diferentes países se encuentra asistiendo en los espacios y las tareas que se desarrollan en la Duodécima Asamblea. Carolina Huth es una de las que se ha dispuesto a ayudar y ofrecer su tiempo. A su vez aprovecha el contexto para compartir con los delegados y las delegadas su experiencia de ser una “Joven Reformadora”. Desde ese rol tiene el objetivo de incentivar a otros y otras para que puedan pensar su testimonio como parte de la comunión luterana alrededor del mundo.
“Hay algo muy importante que ocurre en esta Asamblea y se da en tanto que estamos reunidas personas de contextos muy diferentes, que nos unimos y en comunión conversamos sobre las diferentes realidades”; dijo Huth, quien destacó que esa situación no sucede en muchos espacios, “porque no es tan sencillo juntar a gente de diferentes contextos, perspectivas y problemáticas para dialogar”. Por otro lado, la joven manifestó que la Asamblea no sólo le permite conocer a las personas y sus realidades, sino que le ayuda a comprenderse a sí misma como Luterana: “lo que está sucediendo en la Asamblea a mí me fortalece y me ayuda a entender mejor cuál es mi propia forma de ver el mundo y reforzarla”, sintetizó.
Durante la Asamblea se la puede ver en el plenario, espacio en el que asiste a las personas que están en el escenario viendo si les falta agua, si necesitan pasar un mensaje, entre otras cosas. Pero también se la puede encontrar en el Stand de los Jóvenes Reformadores, donde se desarrolla una muestra para dar a conocer las tareas que vienen realizando desde esa iniciativa que se extiende en todo el mundo: “estamos exponiendo los trabajos y los proyectos de los jóvenes de diferentes Iglesias y yo estoy a cargo de contar cómo surge esto y cuáles son los proyectos que están expuestos”, dijo y agregó que en ese mismo espacio se invita a las personas a pensar lo que significa para sí mismo ser un Reformador o una Reformadora.
Según su comprensión, “ser joven reformador tiene que ver con un compromiso de revisarse todo el tiempo, re pensarse, estar en contacto con personas de otros lugares, para entender lo que significa transmitir el mensaje del Evangelio a otros y otras, teniendo en cuenta el momento y los contextos particulares, que en mi caso es Argentina”, concluyó.
FLM/Eugenio Albrecht