Compartir dificultades y esperanzas, y sentirse parte de un todo es lo que motiva a la Obispa Victoria Cortez a participar con alegría en la 12ª Asamblea de la Federación Luterana Mundial (FLM), que se realiza en Windhoeck, Namibia, entre el 10 y el 16 de mayo.
“No es simplemente una reunión, sino que es una reunión de personas que tienen historias, que trabajan en las iglesias y cuentan sus dificultades, y también sus esperanzas, esto es lo que más me gusta de la Asamblea. Nos damos cuenta que no estamos solos”, enfatiza.
Su liderazgo al frente de la iglesia luterana de Nicaragua marca precedente, pues es la primera y, hasta el momento, única mujer obispa en Latinoamérica. La obispa Victoria es salvadoreña de nacimiento, pero desde hace más de 30 años, decidió acompañar a la feligresía nicaragüense, y ahora, ya se siente parte de esa nación. La religiosa asiste a la 12ª Asamblea, pero, también participó en la Pre Asamblea de Mujeres, realizada entre el 6 y 8 de mayo, en la que representantes de diversas regiones compartieron realidades y retos que enfrentan las luteranas en todo el mundo.
“Aunque estamos en regiones diferentes, las mujeres compartimos las mismas experiencias”, indica. Asimismo, considera que las responsabilidades que tienen en común se vuelven, a veces, en pesadas cargas, puesto que deben enfrentarse a esquemas patriarcales bien plantados en la sociedad, aunque esto no impide que salgan siempre avante en las dificultades, porque las mujeres se caracterizan por el tesón y el compromiso, según dice.
“Yo estoy convencida que las mujeres tenemos fuerza para sacar adelante los problemas, y sacar adelante a la iglesia porque ese poder maternal que tenemos dentro de nosotras es una fuerza diferente a la de los hombres”, explica.
Sobre los desafíos que este encuentro le presenta, está entusiasmada y comprometida para difundir el mensaje de la 12ª Asamblea dentro de la iglesia que pastorea, para que cada vez haya más cristianas y cristianos que sirvan a sus semejantes y que cuiden la Creación, como don divino de Dios. “Sentir que la gracia de Dios nos hace libres y nos ayuda a defendernos porque es poder de Dios es muy grande y es lo que se siente con toda la gente que participa en esta Asamblea”, concluye.
Texto: Zoraya Urbina
LWF Assembly